Para empezar el mes, abordaré un tema de actualidad en educación, por tanto no demasiado conocido, y de gran interés. Según Gea Rodríguez (2011), los componentes básicos de la inteligencia emocional son:
1) El autoconocimiento de las propias emociones
2) El reconocimiento de las emociones ajenas
3) El autocontrol emocional
4) La automotivación
5) La capacidad de establecer relaciones interpersonales saludables
Adicionalmente, la psicóloga nos señala en el mismo artículo que para que se produzca un elevado rendimiento escolar el niño debe aprender a tener:
- Confianza en sí mismo y en sus capacidades
- Curiosidad por descubrir
- Intencionalidad, ligado a la sensación de sentirse capaz y eficaz.
- Autocontrol
- Relación con el grupo de iguales
- Capacidad de comunicar
- Cooperar con los demás
El conocimiento afectivo está muy relacionado con la madurez en general, la autonomía y la competencia social del niño. Según Fernández-Berrocal y Ruíz Aranda (2008), "Las competencias emocionales y sociales necesarias para afrontar de forma adecuada las emociones negativas y destructivas que son generadas en este caso en un contexto tan competitivo como el escolar no han sido enseñadas de forma explícita en nuestra cultura. ¿Por qué? Porque nuestra sociedad y, en concreto, la escuela han priorizado hasta finales del siglo XX los aspectos intelectuales y académicos de los alumnos convencidos que los aspectos emocionales y sociales pertenecen al plano privado y, en este sentido, cada individuo es responsable de su desarrollo personal (Evans, 2002; Fernández-Berrocal y Ramos, 2002). El siglo XXI nos ha traído una nueva forma de ver la realidad más diversa sobre el funcionamiento de las personas y estamos tomando conciencia de forma lenta, aunque progresiva, de la necesidad de que la educación de los aspectos emocionales y sociales sean atendidos y apoyados por la familia, pero también de forma explícita por la escuela y la sociedad.[...] Las sociedades hipermodernas del siglo XXI [...] no sólo desean el consumo material, sino que buscan una nueva jerarquía de valores y una nueva forma de relacionarse con los objetos y el tiempo, con nosotros mismos y con las personas, con el fin de encontrar la felicidad individual (Lipovetsky, 2006). Las sociedades hipermodernas buscan que sus ciudadanos setén satisfechos con sus vidas porque es una paradoja muy dolorosa para el individuo vivir en una sociedad opulenta que cubre sus necesidades físicas y materiales, pero que no le hace feliz."
En ESTE ENLACE podéis consultar una reseña sobre el libro "Educar las emociones, educar para la vida", que apunta "Un niño sin educación emocional, dice, después se va a mostrar como un jefe descalificador, insolente, que no sabe escuchar y que no sabe comunicarse con sus subalternos; también tendrá problemas con su pareja y con sus cercanos. Será una persona llena de resentimientos, que no cree en sus capacidades y es dependiente emocionalmente."
¿A que no queremos que nuestr@s niñ@s lleguen a ser así? Ahora es nuestro turno. Un abrazo.
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